Porfirio Díaz es recordado principalmente por ser uno de los presidentes mexicanos que más duró en el poder: poco más de treinta años. A ese lapso de tiempo se le conoce como “el porfiriato”, y fue el estallido de la Revolución Mexicana lo que dio fin a dicha época.

Pero, ¿sabías que Porfirio Díaz fue un importante militar antes de asumir la presidencia? Conoce más sobre la vida de este destacado y controversial personaje de la historia.

Los inicios de Porfirio Díaz

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori nació un 15 de septiembre de 1830 en Oaxaca. Su madre fue una indígena mixteca de nombre Petrona Mori, mientras que su padre fue un hojalatero descendiente de españoles. Díaz quedó huérfano de padre a los tres años, de manera que su madre sacó adelante a la familia haciéndose cargo del Mesón de La Soledad, su negocio familiar; ella, también trabajó como hilandera y tejedora de puntas de rebozo. Mientras que Porfirio Díaz ayudó a la manutención de la casa laborando como zapatero, carpintero y armero.

En el año de 1843, ingresó al Colegio Seminario Conciliar de Oaxaca, por influencia del eclesiástico José Agustín Domínguez, quien era su padrino. Sin embargo, al poco tiempo abandonó la carrera religiosa e inició sus estudios de leyes, pues al conocer a Benito Juárez, en ese entonces gobernador de Oaxaca, Díaz quedó impresionado e inspirado por su figura.

Porfirio Díaz admiraba la figura política de Benito Juárez.

Porfirio Díaz, estudiaba leyes en el Instituto de Ciencias y Arte de Oaxaca. Ahí, tuvo la oportunidad de tener como profesores a personas de mucha importancia como Manuel Dublán, Manuel Iturribarría y el mismo Benito Juárez, quien lo incorporó a su grupo político y a la masonería. No obstante, tres años después de su ingreso al Instituto, en 1846, sus estudios se vieron detenidos a causa del estallido de la guerra contra Estados Unidos. Aunque no participó usando las armas, este conflicto armado fue el comienzo de la carrera militar de Porfirio.

Su carrera como militar

Una vez concluida la guerra contra los Estados Unidos, Díaz reanudó sus estudios. No le fue fácil, trabajaba como bibliotecario en el mismo Instituto o realizando otros oficios para pagar su carrera, de este modo, sus esfuerzos poco a poco fueron logrando algunos éxitos académicos: obtuvo un puesto como auxiliar en la cátedra de latín y fungió como profesor interino de derecho natural y de gentes. Sin embargo, no consiguió obtener el título de abogado ya que en 1854 el presidente Antonio López de Santa Anna clausuró el Instituto. Ese año es recordado por el estallido de la revolución de Ayutla y, precisamente, fue en esa contienda cuando la carrera militar de Porfirio comenzó a despuntar.

De 1854 a 1857, Díaz luchó sumado a la causa liberal contra el gobierno de Santa Anna; su activa participación en la guerrilla le costó una herida de bala, pero también un puesto en el mandado del nuevo gobierno: fue nombrado subprefecto de Ixtlán. A finales de 1857, una vez jurada la Constitución, Díaz volvió a tomar las armas en apoyo a los liberales pues nuevamente un conflicto bélico tuvo lugar: la Guerra de Reforma. De 1858 a 1860 participó y triunfó en varias batallas contra los conservadores; de tal forma, su nombre cada día pasaba a tomar más popularidad. En 1859 fue propuesto gobernador y comandante militar del distrito de Tehuantepec, y además por sus logros militares fue nombrado mayor de infantería de la Guardia Nacional y, posteriormente, teniente y coronel del ejército permanente.

La Guerra de Reforma fue la peor guerra intestina que sufrió México entre la Independencia y la Revolución de 1910. La crisis económica que atravesaba el país hizo que los soldados pelearan en condiciones muy decadentes: sin armas ni parque, sin uniformes y víveres, e incluso sin paga. A pesar de estas condiciones de escasez, Díaz demostró ser un gran estratega militar, sabía cómo infundir temor a la población y cómo enfrentar y dividir a los enemigos. Estas mismas tácticas las utilizaría años más tarde para tomar la presidencia de México.

Al terminar la Guerra de Reforma, durante el desfile triunfal, Díaz entró con sus tropas a la ciudad de México el 4 de enero de 1861. Fue electo diputado al segundo Congreso de la Unión por el distrito de Ocotlán, Oaxaca, y también obtuvo el título de general de brigada.

Momento auge de Porfirio Díaz como militar: la intervención francesa

La actuación militar de Díaz destacó durante la intervención francesa, la cual se  desató apenas un año después de haber concluido de la Guerra de Reforma. Y sin duda, la batalla más popular de dicho periodo fue la del 5 de mayo de 1862, en la cual Díaz participó luchando contra el ejército francés, considerado el más poderoso del mundo. Los franceses eran unos seis mil soldados, mientras que los mexicanos eran poco más de cuatro mil hombres, entre soldados mal armados y recién instruidos, y campesinos portando herramientas de trabajo o cualquier cosa que funcionara como arma. En esta batalla, el papel de Díaz fue indispensable para la victoria de los mexicanos.

Tropas francesas en Veracruz.

Además de este importante enfrentamiento, Díaz participó en la resistencia del sitio de Puebla en 1863, en dónde resistió el avance francés de cuarenta mil sitiadores contra doce mil mexicanos oponiendo resistencia. Entre las acciones más destacadas de Porfirio Díaz estuvieron: la defensa en el convento de Santa Inés, en 1864; la Batalla de Miahuatlán, en 1866, la cual fue considerada por el mismo Díaz como su más brillante acción estratégica; la Batalla de la Carbonera, en 1866, reconocida como una de las mayores victorias de los mexicanos frente a los invasores; y el heroico combate del 2 de abril de 1867, en donde la ciudad de Puebla fue arrebatada a los franceses.   

La guerra contra los franceses fue larga y complicada. En el año de 1863, Francia instauró el Segundo Imperio Mexicano, y no sería hasta 1867 cuando los mexicanos recuperaron el poder político. Díaz fue una pieza clave para ello; sus notorias actuaciones militares hicieron que el presidente Benito Juárez le propusiera el puesto de Secretario de Guerra y Marina, máxima jerarquía del ejército, puesto que rechazó; no obstante, sí asumió temporalmente la gubernatura de Oaxaca. Los franceses también le hicieron proposiciones similares, pues vieron que sus conocimientos militares les serían útiles, pero las respuestas de Díaz siempre fueron negativas, en una de ellas mencionó:

Ni por mí, ni por el distinguido personal del ejército, ni por los pueblos todos de esta extensa parte de la República, se puede creer en la posibilidad de un avenimiento con la invasión extranjera, resueltos como estamos, a combatir sin tregua, a vencer o morir en la demanda, por legar a la generación que nos reemplace la misma República libre y soberana que heredamos de nuestros padres”.

En 1867, cae el imperio francés. El prestigio militar de Díaz como uno de los caudillos que expulsó a los franceses se había extendido por todo el país. Sin embargo, ni él ni muchos de los otros militares que estuvieron peleando por años obtuvieron un cargo político importante en el reinstaurado gobierno de Benito Juárez. De manera que, las relaciones políticas entre Porfirio y Benito se vieron dañadas, y el conflicto creció cuando Porfirio se le presentó como rival por la candidatura a la presidencia a finales de 1867, y nuevamente en 1871, en las cuales resultó perdedor. A raíz de eso, Porfirio renunció al ejército en 1868 y se dedicó al cultivo de caña de azúcar en la hacienda de La Noria, en Oaxaca. Sin embargo, mantuvo correspondencia con sus partidarios militares, con quienes más tarde, y por medio de las armas, sustituiría a Benito y a su gabinete en el poder.

Porfirio Díaz, fue un militar muy brillante, era un gran estratega en el campo de batalla. Pero también fue un hombre de sangre fría y con un temperamento muy duro: no le temblaba la mano ante los contrincantes pero tampoco con sus soldados. Fue un hombre de origen humilde, que sabía blandir la espada. Inició como soldado desde muy joven, y su formación militar nunca sería dejada de lado, pues por las mismas armas tomó la silla presidencial y, desgraciadamente, gobernó a sangre y fuego a la nación.

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Fuentes:

-González y Gonzaléz, L. El liberalismo triunfante, en Historia General de México: volumen II, coordinador Daniel Cosío Villegas, El Colegio de México, 1994.
-Tenorio Trillo, M. y Gómez Galvarriato, A. El Porfiriato, México, Fondo de Cultura Económica, Centro de Investigación y Docencia Económicas, 2006.
-Tello Díaz, C. Porfirio Díaz. Su vida y su tiempo. La guerra 1830-1867, Debate, 2015.
Valadés, José C. El Porfirismo: historia de un régimen, México, Patria, 1948, 2 volúmenes.
-Memoria Política de México. Biografía de Porfirio Díaz. Disponible en: https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/DIM30.JPG
-http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020003000/1020003000_MA.PDF